La camaradería en el monte

No es la primera vez que escribo sobre este asunto. Llevo ya unos años pateando, ciclando o circulando por nuestros montes, desde Anaga hasta Teno. No quiere esto decir que sea un experto montañero, en absoluto. No soy experto en nada en la montaña, soy un simple usuario que de vez en cuando practica alguna actividad en nuestro entorno natural de montaña. Parece raro que hablemos así de sitios como Las Lagunetas, pero, aunque lo olvidemos, esta zona está por encima de los 1.000 metros de altitud.


de ruta con amigos

Cada año que pasa son más el número de usuarios y actividades que se realizan en nuestras montañas. Por lo general, la gran mayoría de los usuarios son personas con buen sentido, respetuosas, educadas, que son capaces de saludar, de tener una breve conversación en una curva del camino, que no dejan huella tras de sí.

Pero hay unos cuantos que pueden tacharse directamente de energúmenos. Da lo mismo la actividad, no es cosa de si son los que trabajan en el monte, los que pedalean, los que circulan en motos o quads, usan el todoterreno para un buen paseo, cabalgan, patean, disparan o sólo van a una chuletada... da lo mismo. No es la actividad, es la persona, el individuo. Y es que no es lo mismo.

No es lo mismo practicar una actividad en el monte que ir al monte a practicar una actividad. Parece un juego de palabra, una estupidez, pero no. No lo es. Los primeros piensan exclusivamente en "su" actividad, para ellos no hay otra cosa, el medio y el resto de usuarios les resulta indiferentes, son esos pocos que nos adelantan en la pista con su pick-up, que no frenan su bicicleta o su moto al llegar a la altura de un senderista, son aquellos que van a caminar y se sabe por donde han pasado por el rastro de basura. Porque, insisto, no es la actividad, es la persona.

Si lees esto y te sientes identificado, no te molestes, no te enfades. Estás a tiempo de recapacitar, de rectificar tu actitud. No cuesta nada, ni tiempo ni dinero. En los montes de la isla no somos muchos, unos cientos cada vez, con mucha suerte, menos si hace mal tiempo. Si fueramos "tod@s" los aficionados y aficionadas a cualquier actividad, al mismo tiempo, a nuestros montes, no llegaríamos a unos cuantos miles.

Estás a tiempo de respetar tu entorno, de ir al monte a practicar tu actividad favorita (y no lo contrario), de disfrutarla en el sitio donde la disfrutas, de no dejar huella por donde pasas, de hacer un alto en el camino para echar una mano a quien lo necesite, de dar los buenos días o las buenas tardes.

Porque si no es así, al final, con nuestra basura, con nuestra actitud irrespetuosa, con nuestra manera de conducir por las pistas como si estuviéramos en un Dakar, acaberemos por cabrear a las administraciones, a los ayuntamientos y, lo peor, al Cabildo. Y si acaban por cansarse de nuestra actitud, o de la actitud de unos pocos por la que pagaran muchos, entrarán a saco, y con razón, a resolver "el asunto" a través de lo que ya es tradicional: las prohibiciones.

Tú decides, está en tu mano y en tu actitud.


Actualización 2024:


Este artículo se publicó originalmente en pistadelrayo.es: Catálogo de Pistas de los Montes de Tenerife.

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