Convierte tu hobby en tu tienda digital, 2/3

Hace unos pocos días hablaba a mis pocos pero muy queridos lectores sobre algunas claves para convertir un hobby en un negocio digital a través del contenido, es decir, escribiendo mucho, muy a menudo, en un blog y en unos perfiles en redes sociales vinculados al blog, sobre lo que te motiva, captando seguidores y lectores a mansalva, para tener una cosa que vender: impacto. Que monetizas a través de espacio publicitario directo o porque actúes como prescriptor.


Vender: la tienda sin límites

La segunda forma de convertir tu hobby en un negocio usando la red es vender. Dedicarte a vender producto o servicio vinculado a lo que te gusta hacer. En el caso de que vendas servicio, por ejemplo, hacer de guía en rutas ciclistas por montaña, el anterior artículo te servirá de guía solo que tu objetivo ahora es atraer personas que contraten ese servicio. El contenido y las interacciones en redes sociales generalistas y redes / foros verticales es esencial. Si tuviera que añadir algo es, no seas plasta, aporta valor con tu contenido y que tu firma comercial lo acompañe de manera sutil (eso en las redes). En tu blog prioriza, eso sí, la venta del servicio, pero acompáñalo de un buen contenido de interés en la parte de blog o noticias.

Vender servicios vinculados a tu hobby es algo “fácil” de trabajar (otra cosa es alcanzar los objetivos) si lo comparamos con la venta de producto (e-commerce). Aquí entramos en un terremo más complejo, que te exigirá más tiempo, puede que todo el tiempo. Te exigirá cumplir con una normativa (a ver, deberías cumplirla siempre) relativa al comercio electrónico. Necesitarás un proveedor de producto. En unos casos, como la compra-venta de lo-que-sea de segunda mano, el proveedor serás tú y la fuente de productos a vender tus visitas a mercadillos, pero en otros como material de escalada vas a tener que invertir dinero en proveerte, lo que implica un riesgo. O más inteligente, buscar una tienda del sector que no tenga presencia en la red y llegar a un acuerdo comercial en la que tú actúas de e-vendedor.

Pero, supongamos que tienes cosas para vender o un buen contacto con un proveedor o una tienda que te lo facilite. Aquí se te presentan dos oportunidades. Si vendes material nuevo lo suyo es que tengas un sitio que funcione como una tienda electrónica, usando tecnologías como osCommerce, Zen Cart, PrestaShop... hay muchos. Hay algunos servicios de hosting de dominios que te ofrecen una preinstalación de tienda electrónica. Si el producto a vender no es mucho, no exige un mantenimiento constante, es más de una venta a través de una relación 1-to-1, podría valer un simple blog donde expongas el producto, su precio y las condiciones de la venta. En algunos casos más vale desistir en tu idea porque si tienes un gran volumen de producto y esperas un gran volumen de venta estamos hablando de una empresa en toda regla, con personal, trimestrales, asesorías de esto y aquello, proveedores, marketing. Olvídate de la idea “voy a montar una tiendita en Internet que me voy a forrar”. No sé en qué seminario o curso o conferencia oíste eso, pero es una estupidez como un castillo de grande. Te puede ir muy bien, sí. Pero hablamos de emprender una empresa, necesitarás inversión, y no poca. Es más, te podría dar diez razones para no emprender.

Tanto para producto nuevo que puedas tener a un precio por debajo de la media de otras tiendas como para material de segunda mano una alternativa es centrarte en sistemas de subastas y de compra-venta entre paticulares tales como eBay, TodoColección, SegundaMano (ahora Vibbo) o las nuevas como Wallapop. Algunas te cobrarán comisión por poner en venta y otra por la venta si se produce, otras solo lo segundo. Otras solo si usas determinadas opciones siendo la venta básica gratuita. Unas son más adecuadas para unos ítems y otras para otros. La plataforma que te podría parecer cara a priori podría ser la más rentable al final. Es decir, según donde montes tu chiringuito virtual serán las condiciones para poder vender. Entender la plataforma es esencial y no estaría de más que primero fueras usuario e incluso comprador antes de empezar a vender.

En todo caso, si vendes producto, deberás manejar el tema de los costes de envío como si fueras un cartero con 30 años de experiencia. Tendrás que conocer qué pasa cuando envias en tu territorio y fuera de él. En Europa y fuera de Europa. Y dentro de tu territorio (lo digo por las puñeteras Aduanas Canarias y el expolio al que somete internamente a los que vivimos en las islas). Debes tener previsto una política de devolución. Tener claro qué métodos de pago vas a aceptar (que yo, personalmente, salvo que hablemos de una gran tienda virtual, ya te digo que te sobra con PayPal y el contrareembolso). ¡Ah! Y otro detallito sin importancia, es que suele olvidar con frecuencia aunque parezca obvio. El comercio electrónico no-tiene-límites ni fronteras.

En resumen, vender en Internet implica dedicarle mucho tiempo, buscar tu clientela, ser honesto para generar buena reputación -se tarda mucho tiempo en ganarla y sólo un par de minutos en perderla-, ser paciente... o tener un business angel que invierta un par de cientos de miles de euros en tu idea, que siempre puede pasar. Soñar es gratis, todavía.

Si tienes cualquier duda, como este tema es tremendamente amplio y tiene multitud de matices, usa los comentarios para preguntarme. Los comentarios se escriben en esa caja cuadrada que hay debajo de este texto.

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